En esta entrevista cercana e interesante, Diana Orrego (Arquitecta), se acerca a la Geometría Sagrada de la mano de Jesús Zatón, a colación del último libro presentado por el autor: La Proporción Armoniosa.
¿Tiene el ser humano un ideal de proporción? Si es así, ¿cuál sería esa proporción?
Desde la primera obra arquitectónica, el templo ubicado en el sureste de Turquia Göbkli Tepe de 11.000 años de antigüedad hasta hoy, lo sagrado parece ser intrínseco a la arquitectura.
Decía Louis Kahn: “colocar una piedra en el desierto ya implica un acto de arquitectura, una transformación con un fin determinado”. Esa búsqueda constante por conectar con lo divino se manifiesta y se ha manifestado desde siempre en el ser humano de múltiples maneras, a través de formas, símbolos, escritos, cantos, etc.
Jesús, en tu libro La proporción armoniosa, hablas de la Arquitectura Sagrada como del paso de una realidad centrada en la materia a una realidad trascendente.
El Templo de Luxor es un ejemplo muy claro de diálogo de lo humano con lo divino, esa idea de la cabeza, el corazón y la manifestación de la vida, lo dinámico que se expresa en las manos y los pies, es decir, tres templos en el hombre, cabeza, corazón y vida.
¿Siguen siendo estos tres templos, la clave del desarrollo espiritual actual?
Las Arquitecturas Sagradas no solo son espacios concebidos para adorar a los dioses, sino, antes que nada, espacios de transformación, concebidos para alcanzar una mayor consciencia. Por tanto, de alguna manera tenían que estar vinculados con el cosmos y el macrocosmos, y también con el microcosmos, el ser humano. Dado que el ser humano tiene tres focos básicos de consciencia relacionados con el corazón (el punto de encuentro con lo trascendente, con el aspecto femenino de su dios interior), el sacro (el almacén de todo su presente y pasado), y la cabeza (el foco de encuentro con el aspecto masculino del Espíritu humano o, si se prefiere, con lo que las religiones suelen llamar Espíritu Santo), es evidente que estos tres aspectos del ser humano son absolutamente relevantes en el proceso espiritual actual. También es evidente que la Arquitectura Sagrada debe tenerlos muy presentes.
«Los vitrales propiciaban ciertos estados anímicos y los rosetones pueden verse como verdaderos mándalas que actuaban sobre el cuerpo etérico.»
¿Qué puede aportar tu libro a un buscador espiritual hoy?
Me conformaría con que mi libro sirviera para que los lectores tomen consciencia de tres aspectos, a mi modo relevantes:
- Hay una larga cadena de constructores vinculados a las llamadas Escuelas de Misterios que desde la más remota antigüedad han expresado sus concepciones cosmológicas, cosmogónicas e iniciáticas a través de la arquitectura.
- Los espacios sagrados fueron concebidos como focos de enlace con las fuerzas macrocósmicas y las fuerzas telúricas terrestres.
- Los espacios sagrados eran lugares que facilitaban el proceso de iniciación, utilizando elementos como la geometría, el símbolo, diversas claves herméticas, el ritual…
En tu obra dices que es casi una deuda histórica el rescatar las claves herméticas de la Arquitectura Sagrada, desde la prehistoria hasta el renacimiento.
¿Qué impacto tendría si se aplicase esa perspectiva, en la arquitectura como en el urbanismo, sobre el bienestar de la humanidad y la naturaleza?
En cierta medida, el arte en general y, por tanto, también la arquitectura, no solo se ha desvinculado de lo sagrado, sino también del propio ser humano y de la naturaleza. El resultado, en muchos casos, es una arquitectura “enferma”, que no solo no atiende a las fuerzas que rigen al propio planeta, sino una arquitectura que no atiende a principios básicos como la belleza o la armonía.
Escribe Rudolf Steiner en su cuaderno del año 1918: «Se rompe la conexión con el espíritu si no se conserva mediante la belleza. La belleza conecta el Yo con el cuerpo». Deja entrever con ello que el arte es una de las claves tanto para el progreso de la sociedad como el progreso espiritual del ser humano. En definitiva, lo que Steiner propone es una arquitectura vinculada al desarrollo espiritual del ser humano y esa es, sin duda, la clave principal de la Arquitectura Sagrada.
John Hagelin, Doctor en física de la Universidad de Harvard, líder del movimiento de meditación trascendental, en su estudio “The Power of the Collective” (el poder de la colectividad) expone el efecto positivo que se genera con la meditación consciente grupal en una sociedad comprobando que disminuye notablemente el estrés de los ciudadanos y esto se ve reflejado en la disminución de los índices de criminalidad. Un proyecto en Washington en 1993 dio como resultado que el tener un grupo de 4000 personas meditando conscientemente produce una reducción del 48% de los delitos violentos en el distrito de Columbia.
Este efecto de armonía y paz que emana del ser humano hacia su entorno, ¿es similar al que se genera al interior de un templo?
La Arquitectura Sagrada ha utilizado diversos recursos para propiciar la introspección, meditación, etc. Un ejemplo muy evidente es el empleo de la luz matizada a través de los vitrales y rosetones de las catedrales. En concreto, los vitrales propiciaban ciertos estados anímicos y los rosetones pueden verse como verdaderos mándalas que actuaban (y actúan) sobre el cuerpo etérico (positiva o negativamente, según el caso).
Esto puede significar qué un trabajo hecho conscientemente por una comunidad desde un espacio sagrado puede producir efectos muy positivos para el entorno, ¿no?
«El arte no es sino una de las manifestaciones prácticas del nivel de consciencia del artista.»
1 Jesús Zatón, La proporción armoniosa, ediciones La esfera de los libros, Madrid, 2023.
A continuación el vídeo de la presentación del libro de Jesús Zatón, acompañado de Diana Orrego.